
Baños de la Fuensanta
Sus orígenes se remontan a la España musulmana. Sus aguas, consideradas minero-medicinales, fueron declaradas de utilidad pública antes de 1869. Eran fruto de la combinación de dos fuentes de diferente temperatura que acababan aportando el líquido vital a 23 grados. El mismo que se aplicaba a los enfermos. En el año 1991, el balneario de la Fuensanta cerró sus puertas y desde entonces ha permanecido sin prestar servicio. Es de titularidad privada.