Las Tosquillas

Manantial | Se encuentra un merendero y los restos arqueológicos de La Cabezuela. | Ángel Gómez de Guillén

Las Tosquillas es un nacimiento de agua natural rodeado de una gran variedad de vegetación y que acoje bellas leyendas sobre mujeres de agua.

Cerca del lugar se encuentra un merendero y los restos arqueológicos de La Cabezuela.

Nombre del río/arroyo que originaLas Tosquillas
Procedencia del agua subterránea
Instalaciones asociadasFuente rural, Lavadero, Área recreativa
Uso del aguaRegadío, Rural y ganadero
Tipo de surgenciaManantial
Caudal medio
Agotamiento del caudalNunca
AccesoSin restricciones ni dificultad
Uso público actualMedio
Existencia de instalaciones y facilidades de usoSatisfactorias
Estado de conservaciónBueno
Amenazas, impactos y presiones manantialesNingunas
Flora

Especies iberonorteafricanas, levantinas, béticas, murciano-almerienses, manchegas, e incluso alpinas.

Fauna
Científico
Didáctico
Minero-medicinal
PaisajísticoAlto
Medio-ambientalAlto
Recreativo / turísticoMedio
HistóricoAlto
ArquitectónicoMedio
Arraigo / aprecio popularAlto
Espacios NaturalesEspacio natural, Paisaje protegido, Parque Natural
Espacios CulturalesZona arqueológica
Coordenadas geográficas. Latitud
Coordenadas geográficas. Longitud
Altitud
Coordenadas UTM. X
Coordenadas UTM. Y
Coordenadas UTM. Huso
DirecciónLas Tosquillas, Caravaca de la Cruz, España
Comunidad AutónomaRegión de Murcia
ProvinciaMurcia
MunicipioCaravaca de la Cruz
Localidad (pedanía, aldea, comarca)Barranda
Nombre del parajeSe encuentra un merendero y los restos arqueológicos de La Cabezuela.
Otra información

En Las Tosquillas, el agua brota de una grieta entre dos enormes rocas y a potente ritmo, y discurre aguas abajo por una acequia, este espacio natural, el fresco y limpio aire despeja la mente.

A esta fuente de las Tosquillas, como hemos dicho antes, se le atribuye una preciosa leyenda, “La Dama del Agua” o “La Encantá” de Las Tosquillas.

Y la leyenda dice así:

Hace mucho tiempo, en el Castillo del Cerro de La Cabezuela vivía un señor que con frecuencia viajaba a la zona para recoger los diezmos. Una de esas veces, el señor se instaló junto a su mujer y su hija (la niña Juana) en el cerro. A la familia la visitaba a menudo un hombre de apariencia extraña y con mucha influencia sobre el señor de La Cabezuela, al que los vecinos se referían como alquimista.

La niña fue creciendo y se convirtió en una doncella hermosísima de la que se enamoró el alquimista, pero Juana estaba prendada de Juan, el mozo que cuidaba los caballos de su padre. Un día, el alquimista paseaba por Las Tosquillas cuando sorprendió a Juan y a Juana abrazados, y montó en cólera. Mediante magia, consiguió destruir a Juan y a ella la convirtió en la dama del agua y le encomendó la función de preservar el preciado líquido para generaciones venideras. Sólo dos opciones tenía la joven para romper el encantamiento. La primera era que debía encontrar, en la noche de San Juan, una pareja que se amara de verdad. Para ello, Juana ofrecía a los amantes joyas de oro con el fin de desvelar que lo que compartían no era amor verdadero, y si los bienes materiales no les tentaban, la joven se ofrecía con toda su hermosura. La otra opción sólo se le presentaría cada 100 años, cuando un hilo de lana rojo descendería por el nacimiento representando su propia sangre.

Este texto pertenece a: https://turismocaravaca.wordpress.com/2013/07/04/un-dia-en-las-tosquillas/

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Ángel Gómez de Guillén.